Aqui les expongo un poco sobre las reglas basicas que hay que tener en cuenta sobre el uso de la web o Netiqueta y Derecho de Autor.
Quiero explicares primero que es Netiqueta: Para ponerlo en pocas
palabras, es la etiqueta que se utiliza para comunicarse en la Red o
sea, la etiqueta del Ciberespacio. Y el Derecho de Autor es un conjunto de normas jurídicas y principios que afirman los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores (los derechos de autor), por el solo hecho de la creación de una obra literaria, artistica, cientifica o didáctica, esté publicada o inédita. La legislación sobre derechos de
autor en Occidente se inicia en 1710 con el Estatuto de la Reina Ana.
Una ves que sabemos esto puedo decir que el mal uso de la web puede ser perjudicial para nosotros, no solo desde el punto de vista legal, si no tambien moral y social, ya uqe se daña nuestra integridad.
les comprato de manera grafica algunas normas que hay que seguir en el uso correcto de la web.
Nuestras ideas actuales acerca del movimiento de los cuerpos se remontan a
Galileo y Newton. Antes de ellos, se creía en las ideas de Aristóteles, quien decía
que el estado natural de un cuerpo era estar en reposo y que éste sólo se movía si
era empujado por una fuerza o un impulso. De ello se deducía que un cuerpo
pesado debía caer más rápido que uno ligero, porque sufría una atracción mayor
hacia la tierra.
La tradición aristotélica también mantenía que se podrían deducir todas las leyes
que gobiernan el universo por medio del pensamiento puro: no era necesario
comprobarlas por medio de la observación. Así, nadie antes de Galileo se preocupó
de ver si los cuerpos con pesos diferentes caían con velocidades diferentes. Se
dice que Galileo demostró que las anteriores ideas de Aristóteles eran falsas
dejando caer diferentes pesos desde la torre inclinada de Pisa. Es casi seguro que
esta historia no es cierta, aunque lo que sí hizo Galileo fue algo equivalente: dejó
caer bolas de distintos pesos a lo largo de un plano inclinado. La situación es muy
similar a la de los cuerpos pesados que caen verticalmente, pero es más fácil de
observar porque las velocidades son menores. Las mediciones de Galileo indicaron
que cada cuerpo aumentaba su velocidad al mismo ritmo, independientemente de su
peso. Por ejemplo, si se suelta una bola en una pendiente que desciende un metro
por cada diez metros de recorrido, la bola caerá por la pendiente con una velocidad
de un metro por segundo después de un segundo, de dos metros por segundo
después de dos segundos, y así sucesivamente, sin importar lo pesada que sea la
bola. Por supuesto que una bola de plomo caerá más rápida que una pluma, pero
ello se debe únicamente a que la pluma es frenada por la resistencia del aire. Si uno
soltara dos cuerpos que no presentasen demasiada resistencia al aire, tales como
dos pesos diferentes de plomo, caerían con la misma rapidez.
Las mediciones de Galileo sirvieron de base a Newton para la obtención de sus
leyes del movimiento. En los experimentos de Galileo, cuando un cuerpo caía
rodando, siempre actuaba sobre él la misma fuerza (su peso) y el efecto que se
producía consistía en acelerarlo de forma constante. Esto demostraba que el efecto
real de una fuerza era el de cambiar la velocidad del cuerpo, en vez de simplemente
ponerlo en movimiento, como se pensaba anteriormente. Ello también significaba
que siempre que sobre un cuerpo no actuara ninguna fuerza, éste se mantendría
moviéndose en una línea recta con la misma velocidad. Esta idea fue formulada
explícitamente por primera vez en los Principia Mathematica de Newton, publicados
en 1687, y se conoce como primera ley de Newton. Lo que le sucede a un cuerpo
cuando sobre él actúa una fuerza está recogido en la segunda ley de Newton. Ésta
afirma que el cuerpo se acelerará, o cambiará sir velocidad, a un ritmo proporcional
a la fuerza. (Por ejemplo, la aceleración se duplicará cuando la fuerza aplicada sea
doble.) Al mismo tiempo, la aceleración disminuirá cuando aumente la masa (o la
cantidad de materia) del cuerpo. (La misma fuerza actuando sobre un cuerpo de
doble masa que otro, producirá la mitad de aceleración en el primero que en el
segundo.) Un ejemplo familiar lo tenemos en un coche: cuanto más potente sea su
motor mayor aceleración poseerá, pero cuanto más pesado sea el coche menor
aceleración tendrá con el mismo motor.
Además de las leyes del movimiento, Newton descubrió una ley que describía la
fuerza de la gravedad, una ley que nos dice que todo cuerpo atrae a todos los demás
cuerpos con una fuerza proporcional a la masa de cada uno de ellos. Así, la fuerza
entre dos cuerpos se duplicará si uno de ellos (digamos, el cuerpo A) dobla su masa.
Esto es lo que razonablemente se podría esperar, ya que uno puede suponer al
nuevo cuerpo A formado por dos cuerpos, cada uno de ellos con la masa original.
Cada uno de estos cuerpos atraerá al cuerpo B con la fuerza original. Por lo tanto, la
fuerza total entre A y B será justo el doble que la fuerza original. Y si, por ejemplo,
uno de los cuerpos tuviera una masa doble de la original y el otro cuerpo una masa
tres veces mayor que al principio, la fuerza entre ellos sería seis veces más intensa
que la original. Se puede ver ahora por qué todos los cuerpos caen con la misma
rapidez: un cuerpo que tenga doble peso sufrirá una fuerza gravitatoria doble, pero al
mismo tiempo tendrá una masa doble. De acuerdo con la segunda ley de Newton,
estos dos efectos se cancelarán exactamente y la aceleración será la misma en
ambos casos.
La ley de la gravedad de Newton nos dice también que cuanto más separados estén
los cuerpos menor será la fuerza gravitatoria entre ellos. La ley de la gravedad de
Newton establece que la atracción gravitatoria producida por una estrella a una cierta
distancia es exactamente la cuarta parte de la que produciría una estrella similar a la
mitad de distancia. Esta ley predice con gran precisión las órbitas de la Tierra, la
Luna y los planetas. Si la ley fuera que la atracción gravitatoria de una estrella
decayera más rápidamente con la distancia, las órbitas de los planetas no serían
elípticas, sino que éstos irían cayendo en espiral hacia el Sol. Si, por el contrario, la
atracción gravitatoria decayera más lentamente, las fuerzas gravitatorias debidas a
las estrellas lejanas dominarían frente a la atracción de la Tierra.
La diferencia fundamental entre las ideas de Aristóteles y las de Galileo y Newton
estriba en que Aristóteles creía en un estado preferente de reposo, en el que todas Historia del Tiempo: Del
las cosas subyacerían, a menos que fueran empujadas por una fuerza o impulso. En
particular, él creyó que la Tierra estaba en reposo. Por el contrario, de las leyes de
Newton se desprende que no existe un único estándar de reposo. Se puede
suponer igualmente o que el cuerpo A está en reposo y el cuerpo B se mueve a
velocidad constante con respecto de A, o que el B está en reposo y es el cuerpo A el
que se mueve. Por ejemplo, si uno se olvida de momento de la rotación de la Tierra
y de su órbita alrededor del Sol, se puede decir que la Tierra está en reposo y que un
tren sobre ella está viajando hacia el norte a ciento cuarenta kilómetros por hora, o
se puede decir igualmente que el tren está en reposo y que la Tierra se mueve hacia
el sur a ciento cuarenta kilómetros por hora. Si se realizaran experimentos en el tren
con objetos que se movieran, comprobaríamos que todas las leyes de Newton
seguirían siendo válidas. Por ejemplo, al jugar al ping-pong en el tren, uno
encontraría que la pelota obedece las leyes de Newton exactamente igual a como lo
haría en una mesa situada junto a la vía. Por lo tanto, no hay forma de distinguir si es
el tren o es la Tierra lo que se mueve.
La falta de un estándar absoluto de reposo significaba que no se podía determinar si
dos acontecimientos que ocurrieran en tiempos diferentes habían tenido lugar en la
misma posición espacial. Por ejemplo, supongamos que en el tren nuestra bola de
ping-pong está botando, moviéndose verticalmente hacia arriba y hacia abajo y
golpeando la mesa dos veces en el mismo lugar con un intervalo de un segundo.
Para un observador situado junto a la vía, los dos botes parecerán tener lugar con
una separación de unos cuarenta metros, ya que el tren habrá recorrido esa
distancia entre los dos botes. Así pues la no existencia de un reposo absoluto
significa que no se puede asociar una posición absoluta en el espacio con un
suceso, como Aristóteles había creído. Las posiciones de los sucesos y la distancia
entre ellos serán diferentes para una persona en el tren y para otra que esté al lado
de la vía, y no existe razón para preferir el punto de vista de una de las personas
frente al de la otra.
Newton estuvo muy preocupado por esta falta de una posición absoluta, o espacio
absoluto, como se le llamaba, porque no concordaba con su idea de un Dios
absoluto. De hecho, rehusó aceptar la no existencia de un espacio absoluto, a pesar
incluso de que estaba implicada por sus propias leyes. Fue duramente criticado por
mucha gente debido a esta creencia irracional, destacando sobre todo la crítica del
obispo Berkeley, un filósofo que creía que todos los objetos materiales, junto con el
espacio y el tiempo, eran una ilusión. Cuando el famoso Dr. Johnson se enteró de la
opinión de Berkeley gritó «¡Lo rebato así!» y golpeó con la punta del pie una gran
piedra.